Sí un escritor arequipeño, conocido y encumbrado, escribió
un libro llamado “Elogio a la madrastra” que por si acaso, yo no quiero leer,
es porque el mismo, es amante de ser
sobón de todos los poderes fácticos, y el primero de ellos, para un
niño, es cuando una madre postiza, le es impuesta y más aun cuando se quiere
manejar la mentira, y hacerla literatura, escribiendo, que la madrastra puede
ser todo amor con el hijastro, no hay mentira tan grande, pues es casi
anti-natural que eso suceda, ya que por principio, cuando se entrona otra reina
en el hogar, como el caso de las leonas, lo primero que hacen las mismas es
matar a los cachorros de la anterior madre, para dar prioridad a los suyos.
Entonces elogiar a quien no te quiere, porque te avergüenza tu propia madre, es
solo tema que atañe, a arequipeños, desclasados, descastados o a algún
oportunista que quiere cambiar de piel, para arribar de clase social, porque madre, es madre, es la
que te vio nacer y no puede ser sustituida, como si lo hizo el escritor, cuando
asumió la nacionalidad española, a pesar
de que el Perú, como nación andina, inkaica, milenariamente ancestral estuvo
sojuzgada por casi 400 años por el colonialismo español, pues quien cambia a su madre, también lo puede hacer con su patria, con su tierra, con
su color.
Entonces, la gran madrastra de casi todo el planeta por
éstos siglos ha sido Europa, si por aquí fue España, en Brasil fue Portugal y en Estados Unidos
fue Inglaterra, no menor fue la suerte de otros continentes, como África
entera, colonizada, saqueada y todos sus habitantes reducidos a la condición de
esclavos por los colonizadores europeos; la gran nación de la India fue colonia
inglesa, hasta el siglo pasado, es decir casi un millar de millones de humanos,
eran súbditos a la fuerza de la corona británica, que si no fuera por la
coyuntura de la Segunda Guerra Mundial
la segunda nación más poblada del planeta probablemente seguiría siendo
parte del imperio colonial británico.
Por lo que si hubo hace cien años el inicio de una Primera
Guerra Mundial, donde se dio una lucha entre los reinos de Europa contra los reinos alemán búlgaro, otomano y
austro-hungaro, en que el primero de los
mencionados llegó al siglo XX sin
colonias que explotar, fue precisamente por el reparto del mercado mundial, con
un saldo por primera vez en la historia de la humanidad de millones de muertos;
con éste doloroso precedente, en 1917,
los soldados de Alemania y Rusia, se negaron a seguir peleando, he hicieron la
paz por adelantado, que permitió a ese país enorme poblado por campesinos
empobrecidos por la monarquía zarista alzarse en una revolución que dio inicio
a la URSS, es decir la unión de varias
republicas asiáticas y europeas, bajo la
bandera roja del socialismo.
Entonces después de la derrota de Alemania en 1918, el
peligro para los reinos de Europa, ya no era el reparto del mercado colonial,
sino que la revolución bolchevique de campesinos, se prendiera en los obreros y
campesinos de Europa, así que así, en la década de los veinte del siglo XX,
nace el nacional-socialismo, para hacerle la competencia al bolchevismo y de
paso arrebatarle la simpatía del pueblo. Entonces el proyecto estaba dado, el
nazismo, sería el líder que impulsaría una nueva guerra, para acabar con la
URSS que amenazaba con su dictadura de campesinos, hacer sucumbir, a las
oligarquías y monarquías de Europa y su nuevo aliado los Estados Unidos, que
entró en abril del 1917 para decidir la
guerra a favor de la Triple Entente.
Pero como dirigir una guerra contra el socialismo era ir
contra las aspiraciones del pueblo, se disgregó a comunistas y socialistas,
para poner a los segundos como parte del nazismo y se busco un viejo motivo,
cultivado por la religión contra el pueblo judío, como motivo aunar al pueblo a
través del nacionalismo y la xenofobia. Así en septiembre de 1939, la
maquinaria nazi se pondría en acción con la invasión de Polonia anexando a
otros reinos de Europa, para aglutinar fuerzas y esclavos, para lo que sería la
“Operación Barbarroja”, contra la URSS, en junio de 1941, que antes que una
invasión, sería un genocidio, una operación de limpieza contra los pueblos
eslavos, incluyendo a Ucrania.
Entonces Rusia y los
pueblos eslavos, casi siempre han sido vistos como una extensión de campesinos
rebeldes, que los cultos reinos de Europa, los miran como si fueran parte de su
hacienda, que los toleran porque les proveen alimentos y cosas como el gas que
los calienta cada invierno, pero que tarde o temprano, ellos que son como la
madrastra querrá sustituir a la madre tierra rusa, con su imagen de campesina,
por el de una sofisticada matrona europea, que como hace ahora en Ucrania, no
le importará usar a matones neonazis, con tal de someter a cualquier hijastro,
o una nueva clase de bastardo europeo, si es que se pone rebelde como los
pueblos de Lungansk y Donest en el este de Ucrania.
A la sazón, hay que recordar que madre hay una sola, así sea
ésta campesina, blanca o morena y el “elogio a la madrastra”, solo pueden hacer
aquellos hijos que han perdido el corazón, el amor por su tierra y se venden a
las comodidades que les pueda dar esa madre sustituta, pero que al final serán
vistos como los bastardos que se acomodaron a la familia de la madrastra, en
éste caso la Unión Europea.