martes, 2 de mayo de 2017

La derecha esquizofrénica

Ollanta Humala, el ex-presidente de Perú durante le periodo (2011-2016), está en el ojo de la tormenta   política, porque, por una parte se le acusa de delitos de corrupción y lavado de activos y por otro de haber cometido crímenes de lesa humanidad, cuando era oficial del Ejército Peruano, en una zona de emergencia, específicamente en un pueblo de la selva peruana llamado Madre Mía, donde se le acusa de haber torturado y desaparecido personas del lugar, dentro del marco de la lucha anti-subversiva. Entonces éste caso que fue juzgado y sobreseído, ha sido reabierto, por orden de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Por lo que no le quedan amigos, que lo defiendan, ex-asesores como Carlos Tapia, ahora han pasado a acusarlo de asesino y torturador y su ex-vicepresidente Omar Chehade, ha dicho: Que le da vergüenza haberlo defendido (Como abogado, cuando OHT estuvo preso por el levantamiento de Locumba). Por lo cual hay un consenso generalizado de que el OHT, debe ser investigado nuevamente por ese caso.

Por otro lado, también el Tribunal Constitucional, ha pedido que se declare el caso del Fronton y Lurigancho  como crimen  de Lesa Humanidad donde entre otras personas participó el almirante en retiro Luis Giampietri Rojas, quien incluso fue vicepresidente durante el segundo gobierno de Alan García. Por lo cual, la derecha en pleno se ha rasgado las vestiduras,mediante los medios de comunicación. Los cuales no se explican porqué, se quiere reabrir éste caso, aunque en el mismo, murieron cerca de 300 presos, durante la represión por el amotinamiento.

     

Entonces, el manejo del tema de los Derechos Humanos, tiene un tinte netamente político, porque el asunto está polarizado, porque probablemente, no exista un interés sincero de aclarar los casos de violación de derechos humanos, sino de utilizarlos de manera oportunista, para sacar algún rédito político y lo que menos le puede interesar a la derecha peruana, es que se aclare, algún día, no solo quien fue el operador, como el caso de Ollanta Humala, que actuó contra la población civil, sino quien o quienes están detrás, dando órdenes y especialmente los que  instigaron las matanzas y torturas, en nombre de la democracia, lo que a la fecha se a vuelto parte del stablishment, porque solo se puede ver y oír a través de los medios, que las violaciones de derechos humanos durante esa etapa de violencia, vinieron solo de una parte, la de los subversivos.

Por lo que se puede denotar una conducta esquizoide departe de la derecha peruana, a la hora que divide  a dos presuntos violadores de derechos humanos como es el caso de Ollanta Humala y Luis Giampietri, los dos militares, a los cuales ataca y defiende respectivamente, por una cuestión política, por un cálculo, lo que se puede interpretar que a la derecha  no le importan los Derechos Humanos y muchos menos las víctimas.

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