martes, 19 de enero de 2016

El cuento del país de emprendedores

Anteriormente hace 70 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial, que terminó con la derrota del fascismo alemán-italiano y del militarismo japonés, se desprendió un mundo bipolar, porque había dos sistemas en competencia, liderados por la URSS y Estados Unidos, ambos competían, por quien ofrecía más bienestar a sus ciudadanos. Después de la caída de la URSS, hay un solo sistema económico, pero  a sus vez hay dos bloques económicos, el de Eurasia y el de Occidente, ambos compiten por cuál tiene más ricos en su lista, pero ninguno dice que  a su vez cuántos nuevos pobres hay. Porque la acumulación de riqueza trae, al parecer, más pobreza, contaminación, violencia y destrucción del ecosistema.

Entonces en el Perú se ha escuchado decir a los candidatos a gobernar, cosas como "Somos una raza diferente" "país de emprendedores", donde se está usando el término de emprendedor para calificar a quienes valientemente salen a luchar día a día, en busca del éxito, la riqueza y la fortuna, la cual supuestamente vendrá después de mucho  trabajo, como una recompensa al esfuerzo diario de los ciudadanos.

Pero, el Perú es un país que tiene alrededor del 60% de su PEA en condición de informalidad, quiere decir que no tiene la protección de un trabajo formal, que entre otras cosas significa, seguridad social, en salud y jubilación. Y ésta política data de aproximadamente 40 años atrás en que se comenzó a desarticular la economía formal, destruyendo la misma, mediante la quiebra de empresas industriales, que absorbían mano de obra y creaban una clase obrera en expansión. Ya que durante el gobierno de Juan Velasco Alvarado se destruyó el latifundio y la oligarquía agraria, en el afán de industrializar el país y generar una economía capitalista. Pero esto no le convenía a los ex-oligarcas- agrarios, que se transformaron en una naciente burguesía financiera, que veían como sus ex-siervos, se volvían obreros con salarios y algunos derechos ganados. Entonces caído Juan Velasco en 1975, comenzó el desarme de las reformas, acusando a su gestor y a las mismas de comunistas.

Por eso, se creo el actual modelo de economía informal que trató, de otro modo, de volver a los estatus del latifundio, donde los oligarcas eran una clase rentista y los campesinos eran siervos indígenas. Entonces se creó la imagen del supuesto emprendedor que no necesita ayuda del estado, porque es autosuficiente, relacionando  su persona con la economía formal del modo siguiente: Se crea una clase de micro-empresario obligado a subsistir con su propia fuerza de trabajo, alejado del medio de producción y cuya única relación es la compra y venta de productos, cuyo salario,será el margen de utilidad que obtenga por la venta de los mismos. Entonces al igual que el lacayo del latifundio estaba desprovisto de derechos por ser indígena. El nuevo emprendedor otorgará su fuerza de trabajo, su pequeño capital. Sin que al dueño del medio le cuesta arriesgar o retribuir el trabajo al emprendedor que comercia sus productos.

El otro sistema es el de la tercerización de trabajo, hubo un candidato llamado Alejandro Toledo que con su voz aguardentosa, dijo: "¡Yo voya eliminar esas malditas services!" Nunca hizo nada por eliminarlas y el trabajo doblemente explotado continuó. Aquí el empresaurio, parte de que es mejor tercerizar el trabajo, que significa, contratar una empresa que alquila los servicios de los trabajadores, para que el empresaurio se desligue de responsabilidades sociales con el trabajador. El empresaurio le paga a la service y la service le paga el salario a su trabajador, pero éste pago a la service, se descuenta del salario que le corresponde al trabajador. Por lo que el trabajador recibe menos salario y ningún beneficio social.

Entonces comienza a funcionar la teoría de caballo y la zanahoria:
Donde un cochero de una carreta, pone una zanahoria delante de un caballo con una caña de pescar y el caballo en su afán de alcanzarla tira de la carreta y la hace avanzar. Entonces el sistema de la nueva oligarquía peruana sería el cochero, la carreta sería el medio de producción o finanzas, el caballo son los "emprendedores" y la zanahoria es la ilusión de riqueza y éxito.

Por lo que la destrucción de la clase obrera peruana a llevado como consecuencia la destrucción de la industria nacional, que aportaba ante todo empleo formal y la misma a sido sustituida por una economía globalizada que inunda el mercado interno, en una primera fase de productos de contrabando, para destruir la industria nacional y en una segunda fase, con la aparición de mega-mercados de capital extranjero, con los cuales, tienen que competir los llamados "nuevos emprendedores".

Para justificar que el arquetipo del emprendedor peruano puede ser exitoso sueltan o dejan ser, a personajes como Cesar Acuña,actual candidato a la presidencia y autor de la frase "Somos una raza diferente", el cual a pesar de ser dueño de una Universidad, donde vestido con una toga, entrega títulos universitarios y doctorados; pero que sin embargo, no sabe leer un discurso en público, lo que demostraría cierto analfabetismo, porque la lectura de textos se enseñan en la educación primaria. Entonces, ese pueblo, que el llama raza diferente, en ves de criticarlo se identifica con él y lo hace crecer en las encuestas. Porque ese 60% de peruanos sumidos en la informalidad, la pobreza, la ignorancia y el oscurantismo, ve a uno como ellos como exitoso. Entonces se plasma en realidad el cuento del país de emprendedores; y la ilusión de éxito parece hacerse realidad.

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