El descuartizador y la nueva clase media.

En una urbanización de Ica, llamada Las Casuarinas, que nada tiene que ver con su similar de Lima, fue hecha durante el segundo gobierno de Alan García y ha dado una vivienda digna a mas de 2,000 familias, y al parecer le pusieron ese nombre, para que los pobres puedan sentirse, aunque sea por el nombre, tan ricos y opulentos, como sus similares de Lima, pero son sueños de opio, en construcciones de menos de cien metros cuadrados. Pues durante sus ocho años, han habido hasta tres feminicidios, incontables robos a viviendas y los moradores, como todos los trabajadores, se las ven verdes para conseguir el sustento diario, la mayoría trabaja como trabajadores independientes, pequeños empresarios, otros funcionarios públicos que encontraron su "chamba", con el gobierno de Ollanta. Pero ahora, se hace sentir la crisis, porque la economía bajó su intensidad y con ello, la competencia por la supervivencia se hace mas fuerte.

Pero con todo Casuarinas, ya es famosa, porque tiene su descuartizador, así como Londres tuvo su "Jack el Destripador", como fue portada del diario Exitosa, edición Ica del 27 de junio del 2015, que decía: "El Descuartizador de Casuarinas". Enrique Muñoz Obradovich, habría sido el autor del asesinato y posterior descuatizamiento de la abogada Johana Yactayo Ayala de 33 años, natural  de Lima, que trabajaba como funcionaria de la SUNARP, a la cual, según los hechos fue asesinada y descuartizada en su vivienda de la urbanización Puente Blanco P-8, el día 19 de junio, y sus restos, la cabeza y el torax, encontrados en el patio trasero de una casa, en la quinta etapa de la Urbanización Casuarinas, propiedad e la madre de Enrique M.O.

Según cuenta el referido personaje, el mismo entró a robar y al verse descubierto la mato, y en una segunda versión también dice, que ya la encontró muerta y por miedo a que lo inculpen, la descuartizó para desaparecer los restos de la abogada, por las zonas periféricas de Ica, con ayuda de una mototaxi, que habría proporcionado su hermano. Entre otras curiosidades, mas del tétrico acto, están que; la hermana de Enrique M.O. trabajaba como dependiente de la abogada Yactato y al momento del supuesto robo, lo único que sustrajo fue la Laptop de la víctima. Por lo que el asesinato puede tener otras razones.

Por lo que se sabe, puede que exista una participación familiar  en el asesinato, la casa de la mama, la hermana que trabajaba como dependiente de la víctima y el mototaxi del hermano y el único objeto robado, era la laptop de la abogada, donde probablemente existía información de la SUNARP. Además, preguntando sobre Enrique M.O., en Ica es conocido como un sujeto tranquilo, que incluso, no consumía drogas, por lo que lo del descuartizamiento, lo tuvo que hacer con un especialista, como por ejemplo, un matarife, que este acostumbrado a trozar carne.



Lo cierto es que éste crimen demuestra, lo que se podría esperar de la nueva generación de jóvenes, quienes nacieron, con el fin de la crisis económica de los años ochenta, crecieron durante el periodo de la reconstrucción y la bonanza, por lo que no sabrían nada ni de la tragedia, ni de la lucha que pasó la anterior generación; por lo que son consumidores parasitarios, y que si no obtienen lo que quieren utilizan el recurso de la violencia, sin pensar, en el daño que le puedan hacer a otras personas, es decir, tienen un pensamiento de tipo sociopático.



Por otra parte, Enrique M.O. , puede ser, un operador de una mafia ligada a títulos de propiedad y esa pueda ser una de las razones del asesinato de la abogada de la SUNARP, que a su ves, puede, que esté ligada a una mafia, como la de   Rodolfo Orellana Rengifo y éste tipo asesinato sea un precedente, para someter a los notarios de estado y privados, sin descartar la participación de alguno de ellos, que opere desde el mismo gobierno.

Por lo que la policía debe estar alerta, en especial con organizaciones satanicas, que utilizan éste tipo de descuartizamientos como ofrendas ceremoniales y que pueden haber sido captadas por  éstas mafias para sembrar un terrorismo, con el objetivo de operar con impunidad.