lunes, 3 de julio de 2017

Oro y esclavos.

"El virreinato del Perú, cuya población asciende a millón y medio de habitantes, es, sin duda, el más sumiso y al que más sacrificios se le han arrancado para la causa del rey, y bien que sean vanas las relaciones concernientes a aquella porción de América, es indubitable que ni está tranquila, ni es capaz de oponerse al torrente que amenaza a las más de sus provincias..."...

"El Perú, por el contrario, encierra dos elementos enemigos de todo régimen justo y liberal; oro y esclavos. El primero lo corrompe todo; el segundo está corrompido por sí mismo. El alma de un siervo rara vez alcanza a apreciar la sana libertad; se enfurece en los tumultos, o se humilla en las cadenas. Aunque estas reglas serían aplicables a toda la América, creo que con más justicia las merece Lima por los conceptos que he expuesto, y por la cooperación que ha prestado a sus señores contra sus propios hermanos los ilustres hijos de Quito, Chile y Buenos Aires. Es constante que el que aspira a obtener la libertad, a lo menos lo intenta. Supongo que en Lima no tolerarán los ricos la democracia, ni los esclavos y pardos libertos la aristocracia; los primeros preferirán la tiranía de uno solo, por no padecer las persecuciones tumultuarias, y por establecer un orden siquiera pacífico. Mucho hará si concibe recobrar su independencia."

                                                         Carta de Jamaica, escrita por Simón Bolivar en 1815

 Las últimas semanas, el país y el Mundo se vieron horrorizados, como unos jóvenes trabajadores morían quemados en unos contenedores metálicos, en los cuales habían sido encerrados,en un incendio, que los bomberos tardaron días en apagar y en donde no pudieron rescatar a los trabajadores, porque habían sido puestos bajo llave, es decir, una práctica que simula a las cadenas que llevaban los esclavos, para obligarlos a trabajos forzosos.


                       

Estamos virtualmente en el siglo XXI, pero hay prácticas del siglo XVI, que la derecha, la oligarquía peruana, ha hecho parte del establishment con la cual gobierna el Perú y somete al pueblo, a duras condiciones de rigor, a cambio de casi nada, porque mantener al pueblo asustado, en condiciones de violencia, sin seguridad social y personal, es parte de su macabro juego. A cambio, le han vendido la ilusión de que el Perú se encamina a ser un país del Primer Mundo, pero  es, solo eso, una ilusión.

Lo cierto es que hace casi un año cuando tomó el poder el actual presidente había un 70 % de informalidad laboral, como todos los mandatarios que han pasado estos últimos 42 años, prometió bajar la informalidad e iniciar un proceso de formalización el empleo precario, al parecer nada de eso va suceder, porque incluso se dictará una nueva ley de "flexibilización laboral". Lo que indica, que las condiciones de semi-esclavitud, en que se encuentran gran parte de los trabajadores peruanos, no va a cambiar.

Entonces la clase política peruana, se ha rasgado las vestiduras, con sendos artículos, donde se muestran "horrorizados", por el incendio, pero por otro lado, pasada la novelería, no tienen el valor de  enfrentar la realidad y combatir las condiciones de semi-esclavitud  en que se encuentran los trabajadores peruanos y se aprestan a clavarle otra estocada a la clase trabajadora, con la nueva ley  de flexibilización laboral, que precariza aun mas el empleo.

Pero eso sí, para hacer marchas como "Niunamenos" o  en esta última semana, participar en la marcha "Por el orgullo gay", para eso si tienen tiempo y están dispuestos a mostrar su apoyo incondicional, la última marcha, sirvió para tender una cortina de humo, para tapar los sucesos del incendio. Por otra parte, no ha habido ninguna marcha para  mostrar solidaridad por los trabajadores muertos en el incendio. Porque hay incendios e incendios, como el ocurrido en diciembre del año 2001, donde murieron mas de 300 personas quemadas en el incendio de Mesa Redonda, que ya nadie recuerda, pero si está presente las 20 victimas de la Dicoteca de Utopía, donde los padres de clase acomodada persiguieron juicio tras juicio a los responsables. Probablemente como éstos jóvenes son trabajadores, éste incendio pase al olvido.

Lo que no debe olvidarse son las promesas de los políticos como Toledo, que en su campaña prometió eliminara "las malditas servises" (services, empresas que se dedican a tercerizar el empleo) y ni recordar las promesas de Humala. Lo que sucedió  en el incendio son las consecuencias del abandono que ha hecho la clase política peruana respecto de la clase trabajadora, dedicándose la primera  a su forma parasitaria de vivir a expensas de la riqueza que produce la segunda, es decir, la clase trabajadora.

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