sábado, 3 de septiembre de 2016

Un saludo a la bandera.

La semana que pasó después de 31 años fueron juzgados los militares responsables de la matanza de Accomarca en Ayacucho, sucedida el 14 de agosto de 1985, a pocos días de que Alan García  tomara el poder, exactamente a 17 días, por lo que el jefe de la zona de emergencia de Ayacucho, era el general Wilfredo Mori Orzo,que había sido designado a principios de 1985, por el anterior gobierno de Fernando Belaunde (1980-1985), a Wilfredo Mori, fue sentenciado a 25 años de prisión, por ser el responsable intelectual de la matanza, mientras que al ejecutor, el mayor Ejército Peruano en retiro Telmo Hurtado Hurtado le cayó una sentencia de 23 años, que vencerá por cosas  de la justicia peruana el año 2026.

Lo curioso, es que los militares que ejecutaron la orden contra los campesinos de la comunidad andina de Accomarca, eran sub-tenientes en 1985 y no fueron juzgados durante  31 años, incluso se mantuvieron en actividad dentro del ejército y ascendieron a grados superiores como el caso de Telmo Hurtado Hurtado, hasta el grado de mayor, una ves que la justicia los llamó tuvieron todas las facilidades para huir hasta Estados Unidos, de donde fueron extraditados progresivamente después de 25 años de sucedidos los hechos. Entonces la sentencia solo se da una ves que la promoción de éste militar también está a punto de pasar al retiro porque se van a cumplir los 35 años de servicios, que incluyen la formación académico-militar que son 5 años en la Escuela Militar de Chorrillos, quiere decir que durante éste tiempo pueden haber sido protegidos por su institución.


                                         


Por otro lado, es curiosa como funciona la justicia peruana especialmente por estas épocas, la justicia en sí, está cumpliendo su función, el problema está en las directivas políticas del poder de turno que le dan la agenda y las leyes desproporcionadas que se dictan desde el poder legislativo, por lo siguiente: Éstos militares cometieron el delito de genocidio contra sus víctimas, que no eran combatientes armados, sino campesinos, entre los cuales había mujeres, niños y ancianos. A los cuales previamente torturaron y violaron y fueron asesinados cruelmente con granadas incendiarias. Entonces el delito, no solo es asesinato, sino también tortura, violación hecha con premeditación, alevosía y ventaja. Al autor material y significativo que es Telmo Hurtado, le dan una prisión de 23 años que vence el año 2026, es decir 10 años desde la promulgación de la condena. Mientras que en otros casos, que ahora el gobierno auspicia con bombos y platillos como el caso1. Por un delito de incesto contra una menor de edad, un sujeto es condenado a cadena perpetua. Caso2. Por un delito de feminicidio sujeto es condenado a 25 años de prisión, pero familiares exigen cadena perpetua.

Entonces no hay proporción en las penas, porque a los dos últimos casos que son emblemáticos de una cadena de varios casos judiciales,  son parte de la nueva política, se les aplica la "ley de fragancia", para que sean juzgados de inmediato y con las penas máximas que dicta la ley. Pero la justicia para los campesinos de Accomarca y para quienes persiguieron la justicia desde el momento de los hechos el 14 de agosto de 1985, han pasado 31 años de dolorosa espera. Para que una ves que el señor Telmo Hurtado sea condenado por fin a una pena real de solo 10 años de prisión y al pago de S/ 155,000.00 ($ 46,600) de reparación a los familiares de 69 víctimas, lo cual es ridículo, porque si se hiciera una sumatoria de penas por los delitos que cometió el entonces subteniente, una cadena perpetua le quedaría chica, para lo que le resta de vida.

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