sábado, 9 de julio de 2016

Ollanta en su laberinto.

Faltan 18 días para que termine el gobierno de Ollanta Humala y pasarán a la historia como una etapa intrascendente en la historia del Perú, porque se trata de un personaje, que se le entregó un país con inmejorables condiciones, para que el comandante en retiro, hiciera lo que trato de hacer Juan Velasco, con su junta militar revolucionaria, es decir transformar el Perú. Las condiciones económicas estaban dadas, en el 2011, para acabar , por ejemplo con la lacra de la corrupción y esto necesariamente implicaba acabar con la delincuencia de manera radical. Como también, disminuir el abismo social entre ricos y pobres, mediante la distribución de la riqueza, aplicando impuestos a los mas ricos, ésto implicaba cobrar las sobre-ganancias, tanto en la minería como en la banca privada, como cobrar las deudas de impuestos a transaccionales como La Telefónica, LAN-Perú, clubes deportivos como Universitario de Deportes, entre otros. Pero en cambio, la función real de éste gobierno, fue estrangular al aparato productivo de la industria nacional y cerrar bodegas de barrio, para favorecer a los moles-comerciales, como significante del crecimiento económico. Para justificar la mediocridad de su gobierno creo el Ministerio de Inclusión Social, que sirvió  entre otras cosas para fomentar la burocracia y colocar de ministras a las amigas de su esposa.

Entonces, Ollanta Humala y Nadine Heredia, son culpables entre otras cosas de haber liquidado un proyecto nacionalista  y de mal-usar el nombre de Juan Velasco Alvarado y Andrés Avelino Cáceres y haber convertido el Partido Nacionalista, en un nido de ratas arribistas, que ahora abandonan el barco, cuando éste se está hundiendo, de haber convertido su gobierno y sus ministros en mayordomos a la orden de una patrona, que da "luz-verde", para incluso autorizar las compras concernientes a la defensa nacional.

La resultante de ésta devastación es un desgobierno donde  lo único que ha crecido es el crimen organizado, y el país se mantiene en pie, por su trabajo por gracia y esfuerzo de sus hombres y mujeres, por la labor de algunos funcionarios públicos honestos, como el juez Richard Concepción Carhuancho, que no se amilano por la presiones del poder.

Pero de lo que estamos seguros los peruanos que nada le debemos a Ollanta Humala y su consorte Nadine Heredia, ellos no nos han hecho ningún favor, todo lo contrario nosotros los aupamos a ellos para que cumplan una misión histórica y nos defraudaron con sus frivolidades, mediocridad y últimamente con sus pataletas. Entonces ahora, lejos de hacer una auto-crítica y reconocer sus errores como personas adultas , se dedican a victimarse como niños-engreídos.

Por lo que ahora, Ollanta Humala se dedica a inaugurar obras faraónicas como el edificio del Banco de la Nación, comprar miles de patrulleros, en los últimos días de su gobierno, como si lo persiguiera el sentimiento de culpa de demostrar algo, porque en su subconciente sabe que no ha cumplido con su deber, no ha cumplido con el pueblo que lo llevó al poder. Por lo que ahora, las cosas siguen como antes del 2011 o peor, porque los friajes siguen matando niños y camélidos-peruanos, en ciudades como Puno o Huancavelica...

                 

Por lo que, se me viene a la imaginación comparar dos situaciones parecidas, guardando las distancias respectivas, la de Adolfo Hitler encerrado en su bunker, esperando tener una estrategia para ganar la guerra, cuando las tropas rusas ya están en Berlín o cuando Ollanta Humala, se dedica los últimos días de gobierno a inaugurar obras, para como dice él "...dejar una marca de su gobierno"; con la diferencia escénica que Hitle tenía a Eva Braum en otra habitación y Ollanta (...{no}...).






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