viernes, 15 de julio de 2016

Ollanta no tiene quien le escriba.

A pesar de que faltan pocos días para que termine el gobierno de Ollanta Humala,... , por lo que su transición de presidente a un ciudadano común, debería ser tranquila, sosegada, como la de aquel soldado, que ha cumplido el deber, pues su misión se ha cumplido y esperar los últimos días calmado, esperando el fin de su mandato, recibiendo las felicitaciones, aplausos, regalos y hasta lágrimas de las  personas a las que ha servido, como el primer servidor de la nación.

Pero, estos últimos días además de las obras faraónicas, de los miles de patrulleros "inteligentes", degenerados en "brutos", según versión de la prensa, ahora se inaugura un busto en su honor, no tendría nada de raro, si es que el mismo hubiese sido inaugurado, por alguna persona, comunidad, en algún lugar del Perú y del Mundo, donde se hiciera un reconocimiento a algún legado honorífico por su trascendencia histórica. Así por ese estilo se puede y de hecho, sí hay, una avenida con el nombre de Salvador Allende en la ciudad de Pucalpa o en la ciudad de Paris . Entre otras cosas, porque el presidente chileno dejó trascendencia de su valor al inmolarse en combate, por defender los valores democráticos y del socialismo.

En el caso de Ollanta, el monumento fue inaugurado en el pueblo de sus padres Oyolo, por las autoridades de Oyolo y develado por Ollanta Humala, claro además, si es ya difícil redundar en lo mismo, con la presencia supervisora de su esposa Nadine Heredia.


Entonces  me parece rememorar el año 2011, antes que Ollanta Humala tome el gobierno, sucedió lo de la Primavera Árabe en Libia, que terminó con el asesinato de Mohamar Kadafi, y la diplomacia peruana no apoyó precisamente a Kadafi, por lo que el susto de su muerte en manos de una turba alentada por la OTAN y los Estados Unidos, debe haber cundido en pánico y pueda ser, que desde aquel momento el comandante se convirtió en "cosito" y la Gran Transformación en la Hoja de Ruta.

Por lo que la inauguración de éste busto en Oyolo, es la expresión máxima del onanismo-político, porque si el coronel Aureliano Buendía, no tenía quien le escriba, Ollanta prefiere dejar en Oyolo, para su propia satisfacción, el recuerdo, que una vez llegó a ser presidente, aunque prometió mucho y no cumplió, pero de todas maneras fue presidente, por lo menos recordado en el pueblo de Oyolo, como su hijo predilecto.

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